Tras la presentación del evento, de la mano del presidente de Bomberos de Tenerife, Jorge Bonnet, comenzó la primera de las ponencias a las 17.00 horas. Leocadio Bethencourt insistió en su ponencia Procedimiento de actuación en la prevención del fuego, en los marcos normativos de la seguridad contra incendios, en relación a las medidas reales que se llevan a cabo. Para Bethencourt, “el desarrollo económico, la tipología de los materiales que son cada vez más inflamables, la concentración de población sin cultura de prevención son los factores determinantes”. El técnico de prevención de Bomberos de Tenerife señaló que “no basta que tengamos edificios diseñados conforme a las normas, es necesario mantenerlos adecuadamente, y allí es donde fallamos”. Para actuar contra el fuego, apuntó a la responsabilidad de todos, “Administración, técnicos, casas especializadas, administradores de fincas y, por supuesto, bomberos” para que no sucedan catástrofes como la sucedida en el hotel Corona de Aragón el 12 de julio de 1979, que se saldó con 77 muertes. En este sentido, aporta una herramienta más de prevención: los planes de autoprotección. Además, adelanta que desde Bomberos de Tenerife se están preparando unas guías para comercios que indiquen qué medidas básicas evitar, tales como no enchufar todos los electrodomésticos a una misma toma de corriente.
Llegado el momento de la conferencia La seguridad contra incendios como un objetivo, Justo Adámez recordó que “las estadísticas internacionales señalan como principales causas de incendios los fallos eléctricos”. En este sentido, rechazó que “la mayoría de los establecimientos mantenga las medidas de prevención de hace 20 años, cuando el escenario en la actualidad es de mayor riesgo”. Tras plantear esta situación, ofertó soluciones en cuanto al enfoque normativo y prestacional. Adámez se decantó más por éste último, puesto que adecuar un establecimiento a la norma punto por punto, reconoció, “tiene muchas desventajas como asumir un elevado coste económico”. Por ello, defendió, el enfoque prestacional, que “consiste en actuar sólo sobre aquellas medidas y sistemas con los que se alcance el objetivo de seguridad del establecimiento”. “Para validar en el que las soluciones son las necesarios”, argumentó, “se recurre a simulaciones por ordenador, tanto del desarrollo del incendio como de evacuaciones”. La ventaja del enfoque prestacional, concluyó, permite soluciones a la medida para cada establecimiento. Bethencourt insistió además, tanto a propietarios de viviendas como a hoteleros, en que "Bomberos de Tenerife está a su disposición para orientarles e informarles de cuáles son las medidas de seguridad acordes con cada edificio".
Prevención de incendios en hoteles fue la ponencia que impartirá Emilio Miguel García García. El suboficial de Bomberos del Ayuntamiento de Valencia coincidió con sus anteriores ponentes en que la evolución social implica crecimiento inmobiliario y de electrodomésticos, que genera cierta vulnerabilidad. A esto se suma la percepción del ciudadano, “de tranquilidad respecto al riesgo” que, no obstante, sigue existiendo. Como medida eficaz para mermar las posibilidades de incendio en hoteles, García aportó la ejecución de planes de intervención (planes de emergencia) que deben de tener en cuenta las siguientes fases: previsión (según el inmueble, tendrá distintas probabilidades de incendio); predicción (a través de mecanismos de análisis); prevención (metodología a tomar). En último lugar, se encuentra la intervención, en la que García insiste en que “los más modernos ordenadores no dejan de ser como el mejor vehículo de bomberos, pero la persona es siempre la que toma la decisión”.
En este momento, los asistentes a la jornada tomaron la palabra tras haber escuchado las distintas ponencias. La mesa redonda, bajo el título Concienciar en prevención: Hoteles, empresas y viviendas planteó diversas opiniones desde las distintas áreas implicadas.
Según informó hoy la consejería de Presidencia y Justicia del Gobierno de Canarias, José Miguel Ruano, y el gerente del Consorcio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de la isla de Tenerife, Pablo Zurita, han firmado, esta mañana, un convenio de colaboración para la realización de acciones formativas al personal al servicio del Consorcio, bomberos voluntarios y particulares que estuvieren interesados en el tema. En este acto, en el que estuvo presente el director de Seguridad y Emergencias, José Andrés García de las Casas y el director insular de Medio Urbano, Paisaje y Protección Civil, Jorge Bonnet, Ruano ensalzó la importancia de "profundizar en un modelo de profesionalización en la atención de emergencias, que cada vez es más demandado por la sociedad canaria".
En este sentido, destacó el consejero, "se vertebra la red de asistencia en emergencias en la Comunidad Autónoma a través de los centros coordinadores locales, CECOPAL; insulares, CECOPIN; y el Centro de Coordinación de Emergencias del Gobierno de Canarias, CECOES1-1-2", figuras contempladas en Plan Territorial de Emergencias de Canarias. En este sistema "juegan un papel esencial los Consorcios Insulares, liderados por los cabildos, de Tenerife, Gran Canaria y el de próxima constitución, correspondiente a Lanzarote", añadió Ruano.
La formación especializada a los bomberos se hará a partir de ahora, "de una manera continua y de forma reglada" explicó Jorge Bonnet, y sus frutos se verán "a corto plazo". Para lograr estos objetivos, queda establecido, en el convenio firmado hoy, que las acciones formativas, de divulgación y de perfeccionamiento en materia de Seguridad y Emergencias, serán realizadas por la Academia Canaria de Seguridad, como órgano autonómico que tiene asignada, entre sus funciones, la de promover la mejora de la formación profesional del personal integrante de la policía local, cuerpos de bomberos, agrupaciones de protección civil y otros servicios relacionados con la seguridad pública y las emergencias. En el ámbito de este acuerdo el Consorcio se obliga a aportar a la Academia Canaria de Seguridad la cantidad de 46.000 euros, que será abonada en dos pagos semestrales. Asimismo, y en un plazo de treinta días, deberá presentar el programa de los diversos cursos que se pretenden realizar durante el próximo año, proponer profesorado y aportar medios materiales propios y ajenos cuando ello sea necesario para la adecuada realización de las acciones formativas.
Esta propuesta, de un mínimo de 600 horas, será estudiada por la Comisión de Seguimiento, en una primera reunión, para concretar el contenido, desarrollo y fechas de celebración de los cursos a realizar en los primeros seis meses. Esta Comisión estará integrada por dos representantes de la Academia y por dos representantes del Consorcio de Bomberos. A tenor de los estipulado en el convenio, la Academia Canaria de Seguridad le corresponde organizar y coordinar la impartición de los cursos aprobados en el marco de este Convenio, nombrar al profesorado, aportar sus instalaciones y sus medios materiales para la organización de los cursos, tramitar las inscripciones de los alumnos, expedir a los alumnos los títulos, certificados o diplomas acreditativos de la realización de los cursos y facilitar al Consorcio cualquier información que le sea solicitada en relación con esta materia.
Ambas partes darán publicidad de los cursos a impartir haciendo constar que se trata de acciones organizadas conjuntamente por ambas instituciones, lo cual se hará constar en los títulos o diplomas expedidos a los alumnos.